Casablanca es una película excelente, un film que trasciende el género al que pertenece, aventuras y melodrama, para convertirse en una obra maestra en la que la ironía, el sarcasmo y los dobles sentidos en los diálogos se hacen presentes en una escena tras otra. Famosa es aquella en la que el capitán Renault realiza un redada en el café de Rick bajo la excusa de que en el local “se juega”, momento tras el cual el crupier le trae sus ganancias a la ruleta. La liga española se ha convertido en algo parecido a esto. Todo el mundo sabe que “se juega”.
Aunque el silencio atronador del Real Madrid le deje en evidencia ( no le conviene que se agite mucho el avispero) la prensa a su servicio se ha mostrado entre indignada y sorprendida por los pagos del Barcelona al vicepresidente de los árbitros. El resto de los equipos a reaccionado callando, la mayoría, tímidamente como el Sevilla, o intentando una denuncia conjunta como el Atleti.
Comentaba el otro día el gran Ennio Sotanaz que vivimos en un país curioso. El único de Europa donde nunca ha salido un escándalo de compra arbitral ni , en otro contexto, jamas el narcotráfico ha corrompido a un juez, No me digan que no somos afortunados. Pero por mas que el escándalo se airee lo justo, uno tiene la impresión de que la competición tiene la misma credibilidad que la lucha libre americana. Si, esa sobre la cual Hector del Mar inventó un universo de frases deliciosas como el “piquete de ojos” o “el hombre que hace llorar a las cebollas”. Este espectáculo tan americano, que está concebido como una película de héroes y villanos donde todas las luchas están guionizadas y pactadas, es mucho mas honrado que nuestra liga. Allí el espectador sabe de su carácter de pantomima, de show televisivo y nadie cree que es un deporte de competición. Desgraciadamente en nuestro país se nos trata de hacer creer que lo que ocurre en los terrenos de juego es producto de las leyes del deporte cuando en realidad esta tan amañado como un combate entre “El Enterrador” y “Malas Noticias Brown”.
Por eso hay que mantener este asunto sobre los pagos del Barca en un escándalo del que se hable lo justo para no desestabilizar el chiringuito del que come el Nacionalmadridismo ( nunca olviden que este término fue inventado por el gran Juanan Cantelar). En este “sistema” el Barcelona paga para recibir favores arbitrales y el Madrid… bueno al Madrid no le hace falta pagar, el Madrid es el “sistema”
Y en estas estamos cuando resulta que al Atleti se lo ocurre capitanear la revuelta contra el duopolio. Resultado: le asignan a Gil Manzano para arbitar el derby. Toma tres tazas de caldo. El resto de la historia ya lo conocen, expulsión a Correa y penalty no pitado a Morata. Solo un fallo en Matrix, el gol de Gimenez, permitió, contra todo pronostico, arañar un punto del Bernabeu.
Barca y Madrid son los dos luchadores de wrestling que siempre deben llegar al combate final. El guionista Perez así lo ha dispuesto, no entra en sus planes que haya un tercero en discordia.
La prensa juega su papel de capitán Renault falsamente indignado. Nosotros somos como Rick, en en el fondo unos jodidos idealistas bajo toneladas de sarcasmo. Desgraciadamente esto no acabará como en la película con el inicio de “una bonita amistad”